RECOPILADORA: Claudia Solórzano Sosa.
Dicen que el Huascarán, fue una vez una mujer que tuvo numerosos hijos; el esposo de huascarán se llamaba Canchón que fue seducido por Sutoc, una mujer muy bella, quien era buena cocinera; enterada de lo sucedido Huascarán llena de ira por los celos hirió a su marido y luego huyó seguida por sus hijos, el mayor la acompañaba de cerca, mientras que el menor iba bastante lejos.
El hijo favorito iba cargado en la espalda por Huascarán. Cansados por tanto caminar se fueron a descansar, toda la familia se transformó en la cordillera blanca, y de sus lágrimas se formaron los arroyos que dieron origen al río Santa y Marañón. Canchón se volvió de piedra y llego a ser la montaña más bella de la Cordillera Negra, su amante Sutoc y sus hijos también se transformaron en otras montañas de la Cordillera Negra y sus lágrimas formaron los cauces y arroyos de esa región.
Es por ello que se dice que la forma de la Cordillera Blanca es algo echada, porque allí yacen el Huascarán y sus hijos convertidos en esta hermosa cordillera.
Y ahora la Cordillera Blanca con la Cordillera Negra forman también el gran Cañón del Pato es una de las tantas caídas que se producen a lo largo del recorrido del río Santa.
Fuente: Mi tía Lupe.
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