sábado, 27 de marzo de 2010

MINGA ES UNIDAD

RECOPILADORA: Susana Castro Villarreal


La última vez que me explicaron que era una Minga o trabajo comunitario, característico del hombre andino, fue en Ecuador. Tradición de trabajo colectivo que emerge siempre de las comunidades originarias de América Latina.

No me sorprendió el hecho de que los ojos de Doña Delia se humedecieran, mientras que su sonrisa se tornaba en una forma picaresca, incitando a ser compartida. Esforzándose en hacerme entender, entre quechua y castellano, lo que pronto experimentaría, toda vez, que al día siguiente en la Hacienda de Tunibamba, Cotacachi, Cantón de la Sierra Norte de Ecuador, se reunirían parte de la comunidad para participar en la cosecha de la papa.

Me explicaban con un dejo de tristeza que éste año no sería abundante. Pero se preveían que sería mejor a la del año pasado. Esta vez la papa no sería alimento de los cusos, una especie de gusano comestible que abunda en Ecuador y que tiene una reencarnación extraordinaria. Suele convertirse en escarabajo también comestible, antes de ser mariposa.

El pensar que en una comunidad se convoca a la cosecha, en donde se escarba, se ríe, se platica; se bromea y se hace “recocha”, entusiasma a cualquiera.

Comenzaba a entender que Minga no sólo significa unificar ayuda con beneficio grupal. Sino que es una de las formas en que la comunidad se frecuenta. Es como las reuniones familiares de cada domingo en el sistema occidentalizado. Con la diferencia de que se reúne todo el pueblo.

También creía que esa parte era igual de gratificante que los dos costales de papa que corresponderían a cada familia que cosechara ese día.

En una Minga, la chicha no puede faltar. Hay mujeres que se les da la tarea de preparar la comida, después de cinco a seis horas cosechando. Por qué no probar las papas de los primeros costales que vayan saliendo. Papas que se acompañan de tostado y de una rebanadita de queso por cabeza.

Estuve de 9 de la mañana a 6 de la tarde. No fui capaz de quedarme hasta el final a recibir los costales, o mejor dicho, no sabía que tenía que hacerlo.

“A la minga va hasta el perro de la casa”. Mientras los ancianos trabajan a la par de todos. Las mujeres con sus hijos envueltos como pequeños bultos blancos, son cargados sobre sus espaldas, se sabe que se carga a un niño cuando el manto es blanco, si es de algún otro color puede ser comida o cosas. Ellas al igual que los viejos, demuestran resistir en las labores que les corresponden.

Trato entonces de imitarlos, pero mi inexperiencia saltaba a la vista. Haciendo sonreír a los expertos. Ante las sonrisas discretas de las mujeres y las palabras de compañeros Tunibambeños.

-¡Uy ya estás preparando puré, antes de sacar las papas! Decían cuando entraba mal el azadón y trituraba las papas antes de ser tomadas de la tierra.

Ese día, aprendí de dónde viene la papa. Porque por mucho que todos lo sepamos de donde viene, es diferente tomarlo de un mostrador en el supermercado a sacarlo con tus propias manos de la ¡tierra!

Comprendí y aprecié que el trabajo en el campo, es un arte. Y valoré lo que es el trabajar en equipo, compartiendo todo.

El día fue largo.

Enriquecedor.

Es una costumbre que se a ido dejando debido a la alienacion que esta recibiendo el ser humano,lamnetablemente el consumismo ,la codicia,la ambicion desmedida,etc esta generando todo esto.Hermanos hagamos resistencia a nuestra verdadera raiz .

"MINGA DE RESISTENCIA SOCIAL Y COMUNITARIA”

Fuente: http://raicestencia.blogspot.com/2010/02/la-cronica.html

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